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24 de julio de 2013

Travesuras!!

Hoy estoy cansada, no dormí bien y me tocó levantarme aún más temprano que de costumbre, tenía que venir a trabajar antes de lo habitual. Que duro es madrugar, no? Pero ánimos! ya estamos miércoles, 2 días más para el fin de semana!
Ayer me reía con una amiga, le contaba de mis pequeños y sus travesuras. Mi hijo el menor es un torbellino, super inquieto, curioso y terco. El primero es mucho más tranquilo y dócil, en cambio el segundo, un perfecto demonio. Tiene una fijación con el agua, cada vez que encuentra un envase grande o pequeño con agua, corre a meter sus manos adentro y si pudiera el cuerpo entero. Por eso en la casa, tratamos de estar pendientes siempre de tener las puertas de los baños cerradas. Ya nos pasó! Y no una, sino varias veces en que lo encontrábamos en la taza del baño jugando a chapotear. La última vez si ya fue demasiado. Le había dado un pedazo de pan para que esté masticando.. estaba haciendo algo en la cocina cuando oí risas, sólo pensé: que lindo que jueguen juntos y compartan.. en ese mismo segundo pensé: a que estarán jugando que les causa tanta gracia? Salí de la cocina y les encuentro metidos en el baño, con la tapa del baño abierta y el pequeño remojaba su pedazo de pan en la taza y se lo comía! Casi me da un infarto. Es increíble como los niños hacen cosas impensables para un adulto. Pero bueno, ellos solo vieron agua y que viva el juego! Pero no terminan ahí las travesuritas. Va al cuarto del hermano y saca todos los libros de la biblioteca, los pone en el piso, uno encima de otro y se para encima a manera de banco para alcanzar las cosas más altas; le gusta lanzar los zapatos del hermano por toda la habitación y para terminar de las mejores que me ha hecho junto con la del pan remojado es la que les voy a contar. Como recién empezó a caminar, todavía es un poco inestable para andar, pero él es muy seguro de sí mismo y no mide peligros. Trato de estar más atenta, pero este muchachito es una bala. Se había subido a la silla de la cocina y de ahí a la mesa. Estaba sentado sobre la mesa del comedor de la cocina y se estaba tomando los restos de la leche de la taza del hermano. Lo primero que hice fue regañarlo y castigarlo (el castigo consiste en llevarlo a su cuarto y dejarlo en su cama por un lapso de 5 a 10 minutos, hasta que se calme, a ver si entiende que hizo mal). Pasó el castigo, se calmó y lo dejé para que siga jugando. Y como les digo, es una bala.. a los pocos minutos, lo encuentro de nuevo en la cocina. Había abierto un armario en dónde guardamos el aceite. Se había dado el trabajo de sacar la botella de aceite, abrirla y se había bañado el mismo! Ustedes dirán y dónde estaba la madre durante estas travesuras? pues estaba ahí, cerca ocupándome de su hermano mayor, pero como les digo es tremendo, lo hace en silencio y solo emite sonidos (risas) cuando ya la barbarie está hecha. Es impresionante la velocidad a la que hace las cosas. Este niño vuela! Se dió cuenta de que ya lo vi embadurnándose de aceite, dejó la botella en el piso y en ese pasito tambaleante que aún tiene, empieza a correr a esconderse en mi habitación. De nuevo castigado a su cama, previo baño completo claro. Mi abuela me decía que yo era tremenda de pequeña, muy traviesa.. lo heredado no se hurta??
Son experiencias divertidas, que nos enseñan la inocencia de los niños y su capacidad para hacer de algo tan rutinario todo un juego emocionante para ellos y desafiante para los padres. La única conclusión a la que he llegado es que mientras no existan peligros, un niño tiene derecho a ensuciarse, a experimentar, a curiosear, a aprender y si nosotros como padres ponemos frenos todo el tiempo en cosas que no son graves (cuando lo único que sufrirá es la escoba, trapeador o máquina de lavar), esos niños crecerán con miedos y frustraciones. Debemos dejarles que exploren el mundo y que más lindo que junto a nosotros. Me encanta cuando vamos dónde mi suegra y le da a mi hijo mayor una bandeja llena de maicena o arena para que haga caminos, entierre a sus carritos, etc.. él es feliz, yo soy feliz de ver las destrezas que va adquiriendo y al final de la jornada solo hay que recoger y limpiar lo que se regó. Pero nadie le quita lo jugado y gozado. Seamos más permisivos, siempre con supervisión y límites, pero dejemosles vivir su edad, porque además de todo, las anécdotas son insuperables!

Besos a todos, feliz míércoles!