Fue una reunión muy sana (con algunos coctéles de por medio claro está), pero que nos ayudó creo en cierta forma a no perder el contacto con los que están y los que no, al por lo menos saber que ha sido de la vida de todos. Nos acordamos de los que se fueron antes de graduarnos, de los que pasaron fugazmente por el colegio, de los novios y novias de esa época y de las travesuras adolescentes cometidas. Es chistoso ver como pasan los años y muchas cosas quedan intactas, otras han cambiado pero creo que en general, todo para bien. La mayoría están casados o viven con parejas, muchos tienen hijos (desde 1 hasta 4 hijos la que más) y las conversaciones van cambiando. Inició con un recorderis de nuestros pasados y terminó en consejos de crianza: nunca le cambies de pañal a un bebé en la noche! Llénalo de crema!! Los niños no tienen por qué comer durante la noche!!! y hasta consejos para cuando lleguen a la universidad (el promedio de edad de todos los hijos es de 5-6 años, jaja).
En todo caso, me dió mucho gusto haber visto a algunas personas después de muchos años y saber de la vida de los que no volví a ver desde el día en que nos graduamos. Recordamos cuando un grupo de compañeros se raparon la cabeza. Algunas personas creyeron que era skinheads, obviamente no era el caso y para que el rector del colegio no siguiera con sus investigaciones del por qué un grupo de estudiantes opta por un peinado tan radical (algo más que normal en adolescentes rebeldes), se le dijo en broma que los habían atrapado los militares en una batida y les habían hecho el famoso corte. Indignado por ese trato, estaba dispuesto a llamar a la televisión para denunciar este atropello. No sé quién se atrevió a contarle la verdad: fue solo una apuesta. Nos acordamos también de un compañero que estaba bastante más adelantado que el resto en el tema "introducción al alcohol". Llevaba camuflado licor en envases de jugos de fruta dentro de una guitarra.. que épocas!
Esta reunión duró hasta casi la madrugada y después de haber dormido 2 horas y media, estoy de nuevo en pie, para trabajar y luego hacer de testigo en el matrimonio de mi amiga que es a las 10 am. Está advertida desde ayer, si llego a tu matrimonio con la misma ropa de la reunión y sin peinar, no me culparás ni pondrás mala cara. Jajaja. Pero bueno, por más que me costó, hice un esfuerzo para levantarme, bañarme, vestirme para la ocasión y estar presentable.
Y es que vale la pena tener malas noches cuando el motivo es pasarla bien con antiguos compañeros con los que hemos crecido y fuimos casi hermanos por 14 años en el colegio.
Los pienso mucho a todos y cada uno, dónde sean que estén, les deseo lo mejor del mundo. Un fuerte abrazo para todos mis ex Condamines promoción 96.
