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30 de octubre de 2013

Para definir un hijo (José Saramago)

Ayer me compartió una amiga una definición de lo que es un hijo y al leerla se me llenaron de lágrimas, porque pensé en mis dos pequeños, en todo el amor que siento por ellos y todo lo que estaría dispuesta a hacer por y para ellos.
Es hermoso tenerlos, pero es duro ser padre y no saber si lo que estás haciendo está bien, está mal, puedo hacer mejor, estoy haciendo demasiado o muy poco... Pero desgraciadamente como siempre se dice, no hay un manual de como criar niños, simplemente uno sigue su instinto y espera que cuando sean adultos, hayan tomado las decisiones correctas y sean personas de bien.

Recuerdo que cuando nació mi primer hijo, y ya tenía que reincorporarme al trabajo, me costó tanto dejarlo. Si bien se quedó con su abuela, que lo adoraba casi tanto como yo, me costó separarme de ese pequeño bebé indefenso, tan dependiente de mi para todo y más aún cuando cumplió los 3 meses y me miraba y sonreía. Sentía que el corazón se me rompía y me desbordaba el amor por ese pequeño niño. Seguro todas las mamás me entienden y habrán sentido exactamente la misma sensación. Con el segundo me costó un poco menos, ya que sabía que esas 4 horas que no estaba a su lado, estaría bien con la abuela y no era imprescindible mi presencia por ese corto lapso de tiempo.

Un hijo despierta sensaciones desconocidas en una persona. Cuando una no tiene niños, puede hacer su vida a su manera, salir, ir de fiesta, trasnocharse, viajar cuando y como quiere, comer a horas irracionales o no comer directamente si no tiene tiempo, dejar la limpieza de la casa para el fin de semana, etc.. Pero nace un bebé y todo su mundo se vuelve patas arriba. Empiezan los horarios estrictos de alimentación, sobre todo en los primeros meses con la lactancia cada 3-4 horas, la limpieza extrema del hogar o de los lugares dónde pasa el bebé; viajar? hay qye buscar destinos amigables para los niños, con vuelos directos en horarios cómodos, que en el hotel haya tina de preferencia, y las maletas!! llenas de cosas de bebé: pañales, biberones, leche en polvo, bla bla; imposible salir de noche, sino al día siguiente es una tortura el chuchaqui o resaca, etc.. Sin embargo, todos los beneficios que se adquieren al tener un hijo, superan largo estos pequeños inconvenientes: la dulzura y ternura de la mirada de un niño y más aún si es del propio no tiene igual. Como dice la propaganda: parto asistido 2000$, artículos de bebé: 600$, coche y carseat 300$, la sonrisa de tu hijo cuando le dices "bebé bonito" no tiene precio.

Les dejo ahora con esa definición que creo que cubre casi todas las sensaciones que experimentamos los que tenemos hijos:
"Hijo es un ser que Dios nos prestó para hacer un curso intensivo de cómo amar a alguien más que a nosotros mismos, de cómo cambiar nuestros peores defectos para darles los mejores ejemplos y, de nosotros, aprender a tener coraje. Si. ¡Eso es! Ser madre o padre es el mayor acto de coraje que alguien pueda tener, porque es exponerse a todo tipo de dolor, principalmente de la incertidumbre de estar actuando correctamente y del miedo de perder algo tan amado. ¿Perder? ¿Cómo? ¿No es nuestro? Fue apenas un préstamo.. El más preciado y maravilloso préstamo ya que son nuestros sólo mientras no pueden valerse por sí mismos, luego le pertenecen a la vida, al destino y a sus propias familias. Dios bendiga siempre a nuestros hijos pues a nosotros ya nos bendijo con ellos" José Saramago (premio Nobel de literatura).
Feliz miércoles
Beso!