Como están? Tanto tiempo, no? Estuve de viaje, como les había contado, estuve por Buenos Aires y fuera del hotel no tenia internet. Es una ciudad tan hermosa, que obviamente estaba muy poco en la habitación, nada mas que para dormir. Volví a los 4 años y cada vez que voy me encanta caminar y pasear sin rumbo definido. Lo cual me costó un par de ampollas! En Quito nadie camina, así
la panadería se encuentre a una cuadra de casa, todo el mundo va en auto. Somos tan cómodos y sedentarios en este país. Así que camine, camine y camine..y ampollas vengan a mi. Pero lo disfrutado nadie me quita. Estuve en un curso, muy interesante por cierto, y una de las noches que estuve, fuimos a cenar a un lugar muy bonito. Terminada la cena, la foto de rigor. Le pedimos a un mesero que nos la tomara. Tomó un par de fotos torcidas, movidas y oscuras, pero la mejor era la tercera! Se tomó la foto a él mismo!! Nos hemos reído tanto y bueno obviamente, la dueña del teléfono la borró de inmediato, no vaya a ser que tenga problemas en casa a su regreso. Conocí a personas muy interesantes, muy cariñosas y amables, de todos los países de Latinoamérica. Un encuentro muy florido y provechoso para todos, hice buenos contactos y creo que fue una gran idea haber ido, si bien extrañaba mucho casa..mi hijo mayor lloró cuando supo que me iba de viaje y que no iba a estar en casa 4 días, pero cuando supo que le traería regalos de Cars, pasó la tristeza y empezó la ansiedad por los autitos: Mami? Hola, ya me compraste las sorpresas de Cars? Bueno, gracias, ya chao! A eso se limitaban nuestras conversaciones. Que lindo ser niño y ver la vida de una forma tan relajada y franca. El domingo que ya volvía, fui al cementerio de Recoleta, que es un lugar que me gusta mucho, tranquilo, pacífico, que contrasta mucho con los alrededores, al frente hay restaurantes, bares, clubes y hasta casas de citas. Así que esperando que sea la hora de mi vuelo, fui a dar un paseo por los mausoleos y se me ocurrió la idea de tomar fotos de los ángeles que cuidan las tumbas. Por cierto, es algo que disfruto mucho: tomar fotos. Estaba maravillada con los detalles de las estatuas, sus poses y demás... Cuando pasa un turista al lado mío, y cuál habrá sido mi cara de éxtasis tomando las fotos, que solo atinó a decir: that's so sick. Jajaja, que tal, no? Lo estuve pensando una y otra vez en mi mente (típico de las mujeres, haciéndome la película en mi cabeza del por qué me diría eso), pero hasta ahora realmente no veo a que vino el comentario; alguna idea??
Y bueno, para terminar con mi viaje, como era de esperar, el aterrizaje en Quito, fue toda una odisea. Casi ya llegando, en la aproximación a la pista, hubieron un par de vacíos de unos cuantos metros...la gente gritó, empezó a rezar y hasta hubo una chica que del susto le lanzó un vaso de agua a su compañero de asiento..por fin aterrizó el avión y solo alcancé a pensar: gracias a Dios, llegué en un solo pedazo. Les contaba esta experiencia a unos amigos que llegaron también anoche y me sentí un poco exagerada cuando me contaban de aterrizajes que les ha tocado (ellos viajan mucho por todo el mundo), por ejemplo uno en Brest-Francia, en que una vez que el avión ya había tocado piso, hubieron vientos cruzados que hicieron que el avión derrapara en la pista. No me quiero imaginar experimentar algo del estilo. Me quedo nomás con mis vacíos y oraciones! Buen inicio de semana a todos. Beso
