Cuando salí del colegio, mi sueño era ser una buena profesional en la carrera que había escogido desde que tenía alrededor de los 12 años: medicina. Tuve la suerte de nacer en una familia de clase media alta que me facilitó el poder estudiar en un buen lugar y que me mantengan durante los largos años de Universidad en que no podía trabajar simultáneamente a los estudios. Me gradué y pese a estar feliz y orgullosa de mi mismo, sentía que me faltaba algo más en mi vida. Decidí salir del país para hacer un posgrado. Nuevamente con la ayuda de mis padres, pude hacerlo y pasé 3 años estudiando, sin mayores necesidades. Saqué mi título y pensé de nuevo: y ahora qué? Regresé a mi país, me puse a trabajar, he tenido épocas buenas y otras no tan buenas, pero en general me mantengo bien y mi profesión y trabajo me hacen feliz.
Que pasó en lo sentimental? Después de haber tenido algunos noviecitos, unos más fugaces que otros, más serios o menos comprometidos, encontré a la persona con quién decidí pasar el resto de mi vida: mi esposo. Es una persona leal, sincera, trabajadora, buena y cariñosa. No podía pedir más. De nuevo, quería más... así que nos casamos y planificamos una familia. Tenemos dos niños hermosos, sanos, cariñosos, inteligentes y por quiénes nos desvivimos. Por suerte aquí mi ansia de querer más se calmó y quedamos en dos... No quiero saber que pasaría si seguiría con ese anhelo de más.. podría hacerle competencia a esas familias americanas que aparecen en el Discovery Channel con 18 hijos o más.
Para mi esos eran mis dos sueños o metas: ser una buena profesional, triunfar en lo personal y ser una buena madre y esposa, triunfar en lo familiar. Para mi con esos dos "sueños" que son muy reales, son suficientes para vivir y ser feliz. No sueño con cuentas bancarias que explotan, viajes exóticos o mansiones a la Hollywood. Claro que no me disgustaría tener todo eso, pero no son mi meta. Viajamos si, cada vez que podemos y que el bolsillo lo permite; nuestras cuentas bancarias por lo menos no están en cifras rojas, pero tampoco son espectaculares y en cuanto a casas, como les conté anteriormente, compramos un departamente, bonito, cómodo, en un buen lugar pero nada estrafalario.
Si bien el dinero y las cosas materiales ayudan a tener una mejor vida, no son la base de la felicidad. Creo que una persona es más feliz cuando cumple sus sueños, sean cuáles sean estos (siempre y cuando sean posibles; viajar al espacio y ser el primer hombre en pisar Venus o fumarse un cigarrillo en la cima del Everest; son bastante más complicadas de cumplir).
De todas las definiciones de sueños me quedo con: anhelar persistentemente una cosa. Es la que más me gusta y la que más se ajusta a mis definiciones personales.
Siempre habrá algún camino para lograr la felicidad. Ser feliz es una actitud de vida y para todos los que aún no sientan que la tienen, ánimos que casi no hay sueños imposibles!
Feliz día! Beso
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